Una de las más antiguas que tenemos es la del maestro Edmund C. Arnold, quien en su obra Tipografía y diagramado para periódicos (página 210 y siguientes, Mergenthaler Linotype Company. Nueva York 1965) abre un capítulo para el diagramado de las páginas deportivas. Lo que viene a continuación es textual del autor. Hay acotaciones nuestras en color rojo.
Conforme se
civiliza, el hombre va perdiendo la necesidad de demostrar su hombría cazando
bestias feroces o librando duelos a muerte. Sin embargo, sus instintos no han
cambiado tanto. Al negársele la oportunidad de ejercer la violencia en forma
personal, satisface sus necesidades transfiriendo sus energías y tácticas de
combate al campo de los deportes.
La sección deportiva del periódico es el reflejo de un mundo lleno
de colorido y de acción y, por lo tanto, su tipografía y su presentación
deberán ser igualmente excitantes.
Los directores y cronistas deportivos son por tradición más
extravagantes en su redacción que sus colegas del departamento de noticias. Los
funcionarios del periódico han permitido mayor libertad en la sección deportiva
y los resultados han sido generalmente buenos.
La presentación –al igual que la redacción– de las páginas
deportivas es normalmente una octava más alta en su tono que las páginas de
noticias. Esto parece apropiado, pero siempre existe el peligro de que las
páginas deportivas degeneren en una presentación de circo que vocifera con
demasiada estridencia.
Los mismos principios tipográficos de todas las demás páginas son
aplicables a las deportivas. En vista del tono más vocinglero de su
presentación y sus títulos, es especialmente necesario que se sigan los
postulados del buen diseño periodístico.
Los días festivos y los fines de semana traen consigo una
inundación de noticias deportivas. El peligro de títulos sobreacumulados se
hace más grave y el director deberá vigilar, con mayor celo que el acostumbrado
en otras páginas, que ese peligro no se concrete.
Los títulos más negros exigen el uso estudiado de espacio en
blanco para evitar que la plana resulte abrumadora.
Generalmente las páginas deportivas llevan logotipos. Todo lo
dicho en el capítulo anterior sobre los logotipos en las páginas femeninas se
aplica igualmente a los de las páginas deportivas.
Con frecuencia, las páginas deportivas tienen su propio catálogo
de títulos. Lo mismo que los catálogos separados para las páginas femeninas,
los titulares de la sección deportiva pueden ser de una misma familia, de
distinta negrura o contrastar mediante el uso de familias diferentes.
Los tipos Bodoni, Spartan, Menphis y Metro tienen todos los
cuerpos negros que armonizan con los titulares usuales de las noticias en esas
familias. En sus espesores normales o negros, cualquiera de estos tipos puede
servir para acentuar con buenos resultados encabezados de noticias en otras
familias.
Desde luego, las páginas deportivas pueden usar el mismo catálogo
que las de noticias. En este caso la tendencia es a aumentar un paso el cuerpo
del título. Por ejemplo, en los casos en que una noticia de cinco centímetros
llevaría una cabeza de 1-8 en las páginas de noticias, se usa una de 1-7 ó 1-6
en las deportivas. [Según explica el propio autor en
otra parte del libro, frecuentemente los diarios americanos de esa época
utilizaban un sistema de nomenclatura especial para marcar e identificar los
títulos. Así, dice Arnold, “el sistema de dos cifras parece ser el más eficaz.
En este sistema el primer número representa el ancho de la columna y el segundo
el grado relativo de negrura del titular en ese ancho particular. De tal modo,
1-1 marcado en el original indica, por el primer número, que es un título de
una columna y, por el segundo, que es del tipo más negro de los que se emplean
en tal medida.]
Las fotos desempeñan un importante papel en la página deportiva.
Esta importancia aumenta a medida que la televisión amplia sus reportajes
deportivos. Actualmente se está desarrollando una interesante teoría
psicológica que indica la necesidad de buenas fotos de acción. Se trata de
comprobar la opinión de que recordamos la acción continua como una serie de
instantáneas. La teoría es que no visualizamos, en un partido de fútbol, por
ejemplo, el movimiento del delantero al patear la pelota al arco, sino un
momento dramático de esta acción, como el guardavallas al observar la pelota
que entra por un rincón de la meta.
De ser cierta esta teoría, los periódicos tienen una buena arma
contra la competencia de la televisión, ya que pueden presentar esa fotografía
dramática de forma que el lector pueda estudiarla más tiempo y en mayor detalle
que lo que le permite la pantalla electrónica.
Aunque no se compruebe la teoría, siempre se necesitan buenas
fotos para presentar la información vivida de una competencia deportiva.
Las fotos deportivas deben ser seleccionadas por su excelencia
técnica, como ilustración y como fotografía. Es mejor usar una fotografía de
acción inconsecuente pero fotográficamente excitante, que una foto mala
simplemente porque muestra el gol del triunfo.
[Curioso. Muchos dirían lo contrario.]
El jefe de redacción debe evitar el uso de fotografías estáticas,
sin movimiento.
Los clisés de una columna son más importantes en la página
deportiva que en otras partes del periódico. En las paginas de información
general, los retratos sirven principalmente para dar color tipográfico a la
plana. Al lector no le importa la fisonomía de un banquero inglés, cuya foto
poco o nada comunica. Pero si le interesa la foto de un futbolista, porque le
ayuda a reconocerlo la próxima vez que aparezca su equipo en el estadio local.
Sin embargo, ni siquiera las fotos de una columna deben ser
estáticas. Pueden ser fotos posadas, pero la pose deberá mostrar o simular una
acción. Un jugador de béisbol puede aparecer bateando o un futbolista pateando
la pelota. Debe tener cuidado con el fondo para que sea apropiado. Es ridículo
mostrar a un deportista ‘en acción’ contra un fondo evidentemente falso.
Si no se pueden conseguir fotos nuevas de acción –si la lluvia ha
cancelado el partido de la víspera, por ejemplo– será mejor usar una
fotografía tomada unos cuantos días antes que recurrir a fotos posadas.
En este punto, los directores latinoamericanos no pecan tanto como
sus colegas norteamericanos. Los jefes de las secciones de deportes de los
Estados Unidos gozan exhibiendo a un pitcher de béisbol con una pelota con un
número pintado que indica que lleva ganados 14 juegos en el año, en vez de
mostrar una foto del juego número 14. A demasiados jefes de sección les gustan
también las fotos de jugadores firmando contratos para la siguiente temporada,
en lugar de otras que muestran a los jugadores en acción.
Las fotos en secuencia son admirablemente adecuadas para las
páginas deportivas. Con ellas se puede hacer frente y hasta superar a la
televisión en su propio terreno. La acción deportiva se presta bien para las
fotografías en secuencia y el efecto de un juego de estas fotos es mucho mayor
que un número igual, o una superficie igual, de fotografías que no tiene
relación entre sí.
Las fotos en secuencia deben ir de izquierda a derecha. El
movimiento de la vista en esta dirección aumenta la acción de las fotos.
Sin embargo, el director se enfrenta con un problema cuando la
acción va de derecha a izquierda. Hay dos formas de manejar estas
ilustraciones.
Puede llevar la serie de derecha a izquierda, pero entonces tiene
que poner indicaciones para avisarle a la vista que debe ir en dirección
opuesta a la normal. Estas indicaciones pueden ser flechas, una para cada foto
salvo la última (a la izquierda). Las flechas deben ser tan conspicuas que no
puedan pasarse por alto. Preferiblemente deben quedar en la parte superior de
las fotos, colocadas de tal forma que no tapen detalles importantes.
Otro sistema es el de llevar la secuencia en forma vertical, una
foto debajo de otra. La ventaja de tal colocación es que no exige a la vista
que se mueva en reverso. Su inconveniente es que disminuye el efecto de la
acción consecutiva.
Jamás debe hacerse pasar una secuencia al otro lado del margen interior
para concluirla en la página opuesta. Es probable que el lector haya doblado su
periódico para ver una página a la vez y por ello no observe que la acción
sigue a través del medianil.
Si la página no tiene anuncios, el jefe puede causar conmoción a
sus lectores llevando la secuencia oblicuamente en la página. Esto le da un
espacio de unos 55 centímetros, o sea 10 columnas, en vez de las 8 normales.
Desde luego que debe dar el tamaño apropiado a las fotos para que su
profundidad vaya en incremento de columnas completas.
Aunque la acción de la secuencia se desarrolle de derecha a
izquierda, las leyendas deben redactarse de manera que puedan leerse
normalmente de izquierda a derecha. Así el lector puede seguir el sentido del
acontecimiento en forma lógica y luego examinar las fotos en su orden correcto.
Luís del Ordo hace gol contra el Río Bravo…
…evadiendo la acción defensiva de Arturo Creso…
…después de tomar un pase de su compañero Vitico Davalillo…
…quien había robado la pelota al rival en una escaramuza de mitad
de la cancha.
Estos pies, que se siguen uno al otro, son llamados pies
continuados. La misma técnica puede usarse con frases sencillas como en el
ejemplo anterior o con leyendas comunes, cada una con su propio título.
Cuando el texto continua de un pie al otro, el primer pie debe
terminar con puntos suspensivos y el siguiente empezar también con puntos
suspensivos:
EL VENCEDOR
Rafael Osuna lanza la raqueta al aire,
jubiloso por su victoria en el torneo
masculino de Wimblendon, lograda con
un tiro certero contra…
EL VENCIDO
… James Conover, que luchó gallardamente
pero cayó en esta posición. El torneo duró
cinco sets y casi cuatro horas. Conover no
sufrió lesiones en esta caída.
La informalidad general de las páginas deportivas así como la naturaleza
de las fotos de que se dispone, con frecuencia permiten un recorte eficaz en
formas poco comunes. El corte debe seguir el principio de eliminar todas las
zonas innecesarias o que distraigan, y no debe hacerse tan sólo para crear una
zona atractiva.
Si el jefe prepara el diagrama de la página con cuidado, la
inclusión de una foto en forma poco corriente no le creará problemas en el
taller. Sin embargo, si se deja que el platinero decida cuál texto va con cuál
foto, los resultados pueden ser desagradables.
Cuando se usa una foto en forma irregular, debe dejarse un cícero
de espacio en blanco bajo cada segmento del clisé.
Los jefes pueden matar dos pájaros de un tiro describiendo,
especialmente con fotos, los llamados deportes menores a raros:
1.
Informan sobre actividades que
interesan a muchas personas.
2.
Se protegen contra la monotonía
fotográfica.
Existe la tendencia de concentrarse, en palabras y fotos, sobre el
deporte principal de la temporada. El lector ve únicamente fotos de fútbol en
las páginas deportivas durante semanas enteras. Aún las mejores fotos se
vuelven aburridas cuando no se cambia de tema. Por lo tanto, el director
deportivo inteligente buscará fotos de otros deportes… aunque sean de ajedrez o
de bochas.
Los deportes escolares resultan especialmente interesantes. Los
jovencitos son buenos sujetos fotográficos y el jefe sabe que existe gran
interés por esos deportes, ya que todo joven jugador tiene padre y madre,
cuatro abuelos y gran número de parientes, vecinos y amigos a quienes les agradaría
mucho ver que se describen estas actividades, especialmente con la información
gráfica.
Los mismos principios aplicables a la presentación tipográfica de
la primera plana son también efectivos en la página deportiva.
En ella, más que en muchas portadas, habrá varias noticias de gran
importancia que deberán destacarse. Esto es especialmente cierto cuando el fin
de semana trae consigo una culminación de las competencias deportivas. Es
entonces que resulta más útil la disposición horizontal, ya que permite la
exposición destacada de varias noticias sin crear un circo que confunda al
lector.
El texto a una y media y dos columnas es especialmente útil en la
página deportiva.
[...]
El público lector de las páginas deportivas es muy elevado, y como
aumenta sin cesar la cantidad de espectadores y de personas que practican
deporte, podemos anticipar que el número de lectores subirá continuamente. Sin
embargo, queremos algo más que simples lectores de las páginas deportivas.
Queremos usar la popularidad de éstas para ayudar a elevar el número de
lectores de las otras páginas.
Por lo tanto, la sección deportiva debe ir hacia la parte final
del periódico con la esperanza de que el aficionado quedará expuesto a las
noticias generales mientras busca la crónica deportiva.
Muchos directores creen que las páginas deportivas no deben ser
demasiado accesibles. Si el lector sabe que la antepenúltima página es
invariablemente la dedicada a los deportes, volteará la última para ver las
noticias que le interesan e ignorará el resto del periódico. Por lo tanto, esos
directores insisten en que el aficionado debe ser obligado a buscar la sección
de deportes un poco más.
Algunos tabloides usan la última página como cartelera de noticias
deportivas. El estilo tipográfico del tabloide se discutirá en detalle en el
siguiente capítulo, pero queremos hacer notar aquí que ésta es la única ocasión
justificada para pedir al lector que retroceda en el periódico. Las llamativas
fotos de la última página y los encabezados negros se usan para enviar al
lector hacia adentro del periódico, en donde está el resto de la información
deportiva, que ha tenido que insertarse en páginas interiores.
Por tradición, los directores de periódicos han dado libertad poco
común a los jefes y redactores de las secciones de deportes. Como resultado, se
han producido páginas son inhibiciones y llenas de colorido. Pero con frecuencia
ha habido un efecto paralelo muy malo. En algunos casos se ha abusado de esta
libertad y se ha confundido al lector con arreglos extravagantes. La escritura
se ha vuelto una forma de dialecto y muchas veces se ha llegado a ignorar los
fundamentos del buen periodismo. (He visto un sinnúmero de reseñas que hasta
olvidaban el detalle más importante: ¿Quién ganó el partido?).
El director debe tomar medidas constantemente para sostener la
alta calidad de la sección deportiva y tiene que vigilar que la misma no se
vuelva demasiado individualista. Debe ser atractiva, llena de colorido y vida,
pero debe mantenerse también un aire de familia inconfundible entre las páginas
deportivas y el resto del periódico.
Una buena página deportiva –y especialmente su presentación
tipográfica– debe tener la marca de todo arte creativo: la disciplina. Una
buena página deportiva debe ser tan libre e indómita como un pájaro en vuelo,
pero se la debe tener siempre hábilmente bajo control, como si fuera un avión
supersónico.
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